sábado, 21 de febrero de 2009

La política y el impacto de la seca


Entre las discusiones sobre las medidas del gobierno y la alarmante falta de lluvias, el agro vive una situación particularmente grave, con un futuro difícil de prever.



Desde que el gobierno vio frustrado su intento de imponer la Resolución 125, ha venido desplegando toda su artillería con el claro y único objetivo de poner de rodillas al campo y no, como pretende comunicar, para hallar la solución que el conflicto requiere. Según el director de Agritrend, licenciado Gustavo López, en el período que va desde 2002 a 2008, el valor de las exportaciones totales en granos, oleaginosas y sus derivados en industrialización alcanzó los 110.000 millones de dólares, es decir el 85% de un PBI, en tanto que lo recaudado por el gobierno en materia de retenciones lo sitúa en torno a los 28.000 millones de dólares, equivalente al 60 % de las reservas monetarias totales declaradas. Como podrá observarse, no estamos hablando de cifras menores, sobre todo si tomamos como referencia no sólo la ayuda oficial anunciada, sino también la recibida por algunos productores agropecuarios. Pero, para no confundirnos más y ordenar el debate, es necesario que identifiquemos los diversos componentes de la crisis-problema. El primero a destacar es la política oficial que se viene desplegando desde hace tres años hacia el sector, tal como las sucesivas intervenciones al mercado con sus secuelas distorsivas; por ejemplo, en el de las carnes, la leche y el trigo; las permanentes trabas para otorgar los permisos de exportación, cuando en realidad casi el 80% de lo producido por el complejo granario tiene destino exterior; la ausencia de un plan agropecuario que fije los lineamientos de largo plazo para cada actividad y región del país. Y el serio riesgo, como consecuencia de lo dicho, de que la producción agropecuaria caiga en los próximos años en forma vertiginosa. La otra cuestión que aparece sobre nuestro horizonte tiene que ver con la crisis inmobiliaria internacional, que al principio parecía tan lejana, según la óptica oficial, pero que cuando recaló en la economía real golpea no sólo al sector sino al país todo, básicamente por caída en la recaudación fiscal y en el menor ingreso de divisas del comercio exterior. Y el último aspecto a evaluar es la sequía que estamos soportando, que agrava aún más la situación previa del interior y sus comunidades. Para mitigar sus nefastos efectos, las autoridades nacionales tienen la obligación de poner a disposición de los damnificados todas sus estructuras y recursos, tal como tienen que realizarlo con los hermanos de Tartagal. Sin embargo, la respuesta oficial se circunscribe al otorgamiento de subsidios al voleo, a la entrega de cartas de porte en forma gratuita, a la promesa de suministro de maíz para los rodeos severamente comprometidos por la sequía y, actuando como broche de toda esta escenificación, los auspiciosos augurios sobre nuestro futuro que efectúa el gobernador Daniel Scioli, pero sin hacer absolutamente nada para procurar los recursos que permitan poner en plena vigencia la ley para el desarrollo del sudoeste bonaerense. Si evaluamos lo que ocurre con el trigo, por ser junto a la ganadería puntales en la matriz productiva regional, podremos observar que, a pesar de la exigua producción de 8,3 millones de toneladas y de la sostenida demanda, los precios, lejos de encontrar su equilibrio en la suba, están atrasados como consecuencia de estar el mercado interno absolutamente distorsionado, con un agravante: a pesar de los discutibles mecanismos de control, el consumidor tampoco se ve beneficiado con los precios bajos. El diferencial de precio que percibe el productor triguero --esto es, lo que tendría que recibir según la capacidad teórica de pago de la demanda y lo que realmente le llega, descontadas ya las retenciones que van a las arcas del gobierno-- lleva a que la producción resigne, tomando solamente enero de 2009, 106,94 pesos por tonelada. Si lo referimos a la producción total, estamos hablando de 887 millones de pesos. Ahora bien, tanto sociedad como gobierno debemos abordar responsablemente esta difícil realidad y encontrar los mecanismos que comiencen al menos a destrabar el conflicto, teniendo en cuenta como una restricción no menor la que nos plantean funcionarios a diario: no se puede resignar caja. Por otra parte, este gobierno ha demostrado su fuerte vocación reguladora, por lo que no sería descabellado solicitarle que establezca un precio sostén para la producción triguera, retroactivo al 1 de noviembre, a fin de que ningún productor se vea afectado y tomando como referencia los precios que diariamente publica la Secretaría de Agricultura de la Nación, y que son los que establece la capacidad de pago en función de la evolución internacional de las cotizaciones, deducidos los gastos de exportación. Sin ser ello la solución requerida y tomando como ejemplo lo que ocurriría en el partido de Saavedra, que con una producción promedio de 1.200 kilos por hectárea, sólo pasaríamos de un quebranto de 261,14 pesos por hectárea a uno de 132.81 pesos, estaríamos encaminándonos hacia una situación al menos más auspiciosa para todos.


El ingeniero agrónomo Lionel H. Echeverz, autor de este comentario, reside en Pigüé.






miércoles, 11 de febrero de 2009

El campo rosaleño espera que llegue la ayuda prometida


Diego Diomedi, desde la Federación Agraria Argentina, Filial Bajo Hondo, dijo que "lo único que hay son promesas". Además lamentó la postergación de la reunión prevista ayer con Néstor Starc.


"Por ahora sólo tenemos promesas de ayuda, tanto de dinero como de alimentos. Se habla de la necesidad de que lluevan unos 300 milímetros para solucionar nuestro problema de sequía, pero no creo que caigan pasto, dinero y comida. La situación es muy grave". Así lo sostuvo Diego Diomedi, coordinador de la Federación Agraria Argentina, Filial Bajo Hondo, en diálogo con "La Nueva Provincia". También lamentó la postergación de la reunión prevista para ayer, "que desde hace una semana teníamos pactada entre la multisectorial y el intendente Néstor Starc" (ver aparte). Dijo que "la gente de campo necesita saber, cuanto antes, en qué momento llegarán los subsidios prometidos. Esto es lo que le pedimos a nuestro municipio". También se refirió al futuro plan de lucha gradual que pondría en marcha, a la brevedad, la Mesa de Enlace. "Vamos a avalar todo lo que se haga, porque no queda otro remedio y el diálogo parece estar totalmente cortado", expuso. Consideró que "todo lo que nos viene pasando es porque desde el gobierno nacional, existe una clara política contra el campo. La intención es no atender las cuestiones de los pequeños y medianos productores". Diomedi afirmó que "aún cuando se nos intentó dar el tiro de gracia con las retenciones, seguimos luchando y así continuaremos. Ningún dirigente bajará los brazos ni tampoco se callará".
Hacienda en liquidación. El joven dirigente aseguró que "en Coronel Rosales cada vez son más los productores que ante la crisis, se ven obligados a liquidar su hacienda porque no tienen con qué darle de comer". Agregó que "resisten como pueden, procurando como una alternativa la compra de granos. Por eso necesitamos que llueva como nunca". Dijo que "en todos los casos están viendo cómo salir de esta situación, mientras que un sector piensa dedicarse a otra cosa. De hecho también tenemos casos de gente que arrendó sus campos". Al respecto indicó que "de ninguna manera podemos seguir permitiendo que se vaya un productor más. Pero sin ayuda y sin contención de ningún tipo, poco se puede hacer".
Se postergó el encuentro con el jefe comunal Diomedi sostuvo que "existe gran malestar entre los productores, porque hoy a la tarde (por ayer) teníamos previsto reunirnos con el intendente Néstor Starc. Pero a último momento su director de Desarrollo (Carlos Aramayo) nos informó que no podía venir porque se estaba ocupando del tema de los pescadores". Agregó que "en principio el encuentro se va a producir el próximo viernes, pero consideramos que habría que manejar las cosas de otra manera. Tanto nuestra problemática como de quienes viven de la pesca, son urgentes". Expuso que "la intención del encuentro era dialogar sobre nuestra situación, las tasas, los caminos vecinales y la ayuda. Estamos en emergencia y se hará muy complicado cumplir con las obligaciones fiscales". "Que Starc venga tranquilo porque nadie lo atacará ni nada parecido, únicamente queremos que se ponga al frente de nuestra situación y nos defienda. De nada sirva que vaya atrás de los problemas", concluyó.


lunes, 2 de febrero de 2009

Generosidad oficial: el gobierno cederá a los sojeros 0,31 u$s/ha de un total recaudado por retenciones de 328 u$s/ha

Es lo que representaría el ahorro generado por no tener que pagar la carta de porte en la presente campaña 2008/09.

En el ciclo 2008/09 la suspensión del cobro del arancel de la carta de porte generará a los productores de soja un ahorro de 0,31 u$s/ha, al tiempo que la transferencia en concepto de retenciones a la oleaginosa será en el presente ciclo del orden de 328 u$s/ha.
Así lo indicó un trabajo elaborado por la unidad de Investigación & Desarrollo del Movimiento CREA.
El cálculo fue realizado a partir de la última estimación de la Sagpya de área de soja 2008/09 (16,50 M/ha) con una producción final estimada en 40,0 millones de toneladas y los precios de la oleaginosa vigentes al 27 de enero pasado.
En los demás cultivos el impacto no es menos significativo. En girasol, por ejemplo, los productores de esta oleaginosa deberán ceder por retenciones al gobierno nacional un promedio de 134 u$s/ha y recibirían un “ahorro” de 0,20 u$s/ha gracias a la suspensión de la carta de porte.
En maíz, el estimado es de 129 u$s/ha contra 0,54 u$s/ha, mientras que en trigo el cálculo proyectado arroja una cifra de 91 u$s/ha contra 0,23 u$s/ha.

http://www.infocampo.com.ar/Generales/16799/

domingo, 1 de febrero de 2009

El Gobierno y el campo argentinos, enfrentados por la sequía


El sector rural opina que las medidas fiscales para contrarrestar las pérdidas en la producción son insuficientes y desacertadas


IRENE BENITO - Madrid - 31/01/2009


La peor sequía de la historia. O de los últimos 20, 50 o 70 años. Las apreciaciones difieren pero todas acusan un estado de alarma para la producción agropecuaria, histórico baluarte de la economía argentina. Los efectos perjudiciales para los cultivos y el ganado atribuidos al fenómeno meteorológico de "La Niña" han profundizado el malestar del sector rural, que en 2008 enfrentó al Poder Ejecutivo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la polémica decisión de aumentar las retenciones a las exportaciones. La reciente declaración de la emergencia agropecuaria no ha contribuido a desanudar las tensiones, según Arturo Llavallol, secretario de la Sociedad Rural, una de las cuatro grandes organizaciones que conforman la Comisión de Enlace (participan además Confederaciones Rurales -CRA-, Federación Agraria y Coninagro).


Según los pronósticos, la sequía se extenderá hasta el otoño y el invierno. Es probable que haya lluvias aisladas durante febrero
"Estamos en una situación muy delicada por culpa de las malas políticas, la crisis internacional y la sequía. La única manera de salir a flote es aumentar la producción agropecuaria, pero el Gobierno atenta contra ella", apunta Llavallol desde Buenos Aires.
Las instituciones que representan a los productores han considerado insuficientes y desacertadas las medidas fiscales que dispuso Fernández de Kirchner para ayudar al campo. Llavallol indica que no habrá gran beneficio a partir del aplazamiento del pago del impuesto a las ganancias y al patrimonio, y de los anticipos de dichos tributos. "Estos no vencían ahora sino en unos meses y el impuesto a las ganancias sólo se paga en caso de rentabilidad, que no la habrá. El pago ha sido postergado solamente por un año y, encima, el Gobierno obliga a abonar los intereses respecto de la suma diferida", critica el dirigente.


Paliativo irrelevante


El jueves, la CRA denunció que la eliminación de los aranceles de las cartas de porte (instrumento que autoriza el transporte del ganado y de los cereales), la otra decisión del Gobierno, tiene como objetivo principal perjudicar a la entidad que prestaba el servicio al productor. "El costo de la carta asciende a dos pesos (45 céntimos de euro) por hectárea de soja, por lo que la medida no modifica la realidad del productor afectado por la sequía; es irrelevante como ayuda y, por lo tanto, la gratuidad obedece a intereses políticos", advierte un comunicado de la institución.
La Sociedad Rural, por su parte, reprocha al Gobierno que adopte políticas referidas al campo sin consultar a las entidades que nuclean a los productores. "La Comisión de Enlace había pedido que se liberen las exportaciones de carnes y granos, que están prácticamente cerradas, y ayudas para los pequeños y medianos empresarios", recuerda Llavallol. Pero pese a la insistencia del campo, subsisten las retenciones del 35% de los ingresos por exportación, y las restricciones al comercio internacional de carne y de leche. El clima adverso a la producción agropecuaria no es sólo una cuestión interna sino también internacional: los precios de las materias primas han caído un 50% desde el comienzo de la crisis financiera.