domingo, 1 de noviembre de 2009

Durante la gestión K, quebraron 57 mil explotaciones agropecuarias




Los datos surgen del Censo Nacional Agropecuario 2008. Estiman que las cifras reales pueden ser aún más graves. Las provincias más afectadas por la situación.



Unas 57.000 explotaciones agropecuarias desaparecieron entre 2002 y 2008, según datos parciales y con "salvedades técnicas" difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Según se indica, al momento de censo había 276.581 explotaciones agropecuarias , cifra que representa 56.951 menos que en 2002 (-17 por ciento) y 144.640 por debajo de 1988 (-34,3 por ciento). Las cifras corresponden al Censo Nacional Agropecuario 2008, que concluyó el 30 de septiembre pero sobre el que "aún se están volcando datos", aclaró el INDEC..El ente estatal que digita Guillermo Moreno señaló que "los resultados preliminares se obtienen de las planillas de Supervisión que debían ingresar los encargados de dicha función vía Web, las que no han sido sometidas a análisis integrales de exhaustividad ni consistencia estadística".
"Por lo tanto -añadió- debe señalarse claramente que los datos correspondientes a los censos agropecuarios de 1988 y 2002 son definitivos y sólo se presentan a título orientativo, ya que por lo señalado en el párrafo precedente no resultan susceptibles de comparación".
El informe precisó que la superficie agropecuaria estimada total es de 180.345.568 hectáreas. Sobre ese total el INDEC aclaró que existen 24 millones de hectáreas en explotaciones agropecuarias "de las cuales no se han obtenido cuestionarios censales". La razón de ese ítem es puntual: cuando se realizaron las consultas se estaba en medio del conflicto del campo.
Eduardo Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina remarcó que " la provincia más afectada por las políticas anti campo del kirchnerismo fue Corrientes, donde el número de establecimientos agropecuarios se redujo en un 66,1 por ciento entre 2002 y 2008, pasando de 15.244 a 5.163".
Añadió que "la segunda provincia más afectada resultó Buenos Aires", cuyos establecimientos agropecuarios se redujeron en un 37,9 por ciento, pasando de 51.116 a 31.753, entre 2002 y 2008.
Ambrosetti indicó asimismo que "también resultaron muy afectadas Santiago del Estero y Tucumán, que hoy cuentan con un 25,6 y un 23,8 por ciento de establecimientos menos que en 2002".
Fuente: DyN.


viernes, 25 de septiembre de 2009

Lograron destruir el Censo Nacional Agropecuario

Por torpezas increíbles y manipulación política se pierde una herramienta imprescindible para conocer la realidad del campo y orientar medidas estratégicas para el sector.

Por: Osvaldo Barsky
Fuente: SOCIOLOGO, INVESTIGADOR PRINCIPAL DEL CONICET


En estos días la opinión pública recibió información periodística señalando que el Censo Nacional Agropecuario de 2008 arrojaba resultados que, al compararlos con los del 2002, mostraban la desaparición de unas 60.000 unidades agropecuarias en el país en este período. Apoyados en este dato se han esbozado diversas explicaciones del fenómeno, sin advertir que se basa en información no válida.

Ya el 18 de agosto de 2008, en este mismo espacio, habíamos señalado que la opinión pública había centrado su mirada en la falsificación del índice inflacionario por el INDEC y mucho menos atención había merecido un proceso tan grave como el anterior, como ha sido la no publicación de las encuestas nacionales agropecuarias relevadas en los últimos años, así como la caótica implementación del Censo Agropecuario de 2008.

En relación al Censo hay que tener en cuenta que los mismos se planifican para estar recabando la información en el campo durante dos meses (centrando en agosto/septiembre) y se completan en dos meses más con la información que se termina de completar en los centros urbanos. En este caso asistimos al disparate de un Censo que iniciado el 2 de junio de 2008 se encuentra en proceso de ejecución, anunciándose su cierre para el 30 de septiembre de este año. Es decir que los censistas recabaron información de la campaña 2007/2008 antes de que ésta concluyese, de toda la de 2008/2009 y actualmente lo siguen haciendo de la de 2009/2010. Argentina entrará así en el libro récord de los Guinness con el censo más prolongado de la historia.

Un censo es necesariamente una fotografía simultánea en un período temporal muy acotado. No respetar este procedimiento hace imposible consolidar información agregada nacional sobre los elementos que se mueven (ganados, maquinaria agrícola) y por supuesto tampoco se pueden sumar siembra y cosechas de los mismos productos correspondientes a campañas diferentes, utilización de insumos, servicios de labores y demás componentes de la información censal. Es decir, el operativo censal como tal ha fracasado, si además se piensa que todavía no se ha realizado en gran parte de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes y Río Negro.

Respecto a la información publicada por el INDEC que ha dado lugar a la confusión sobre el número de explotaciones, la misma aclara que está destinada nada más que a exponer su cobertura territorial y el número de explotaciones censadas hasta el 24 de agosto de este año. Y agrega que hay 24 millones de hectáreas barridas y no censadas, a raíz de estar en lugares no ubicados por los censistas en otros lugares (intraprovinciales y extraprovinciales, 10 millones), de productores ausentes o que se negaron a contestar (10 millones) y otros 4 millones donde los censistas no pudieron determinar si eran o no de uso agropecuario.

Por lo tanto no se sabe cuántas explotaciones hay dentro de estas 24 millones de hectáreas no censadas, por lo que no podemos saber si hay efectivamente menos unidades y, si ello es así, en qué magnitud. Haciendo una mera estimación como si la superficie fuera igual a la del Censo del 2002 y distribuyendo la misma en base a la magnitud provincial promedio del 2008 hasta ahora relevada, los números indican una cantidad de explotaciones relativamente similares a las del Censo del 2002. Pero en realidad tampoco esto es válido, porque al no estar terminado el trabajo de campo no sabemos cuánto es la superficie total de las explotaciones agropecuarias.

¿Cómo se llegó a semejante disparate? Debemos recordar que, tal como señaláramos oportunamente, estos procedimientos fueron realizados desplazando a los funcionarios responsables del análisis del sector agropecuario, varios de ellos de un gran reconocimiento nacional e internacional, por colaboradores de segundo nivel o por nuevo personal inexperto en el desarrollo de actividades censales de extrema complejidad conceptual que requieren de una larga experiencia institucional y una aceitada práctica en su instrumentación.

Para apurar la realización del Censo se duplicaron los segmentos censales, lo que forzó la contratación de una gran cantidad de censistas de insuficiente formación como para intervenir en un censo de estas características, dado que en el agro una segmentación muy atomizada dificulta la recomposición espacial de las unidades de explotación e incrementa la posibilidad de productores que no residan en el segmento visitado.

Esta situación fue diseñada por la nueva dirección del organismo con fines esencialmente fiscales y en búsqueda de información inmediata para instrumentar políticas directas en relación al conflicto gubernamental con los productores agropecuarios.

Objetivos que nada tienen que ver con la construcción estructural de la información censal y junto a una manifiesta incapacidad en la gestión privan al país de una información imprescindible.

Se ha perdido, además de una inversión de decenas de millones de pesos que costó el operativo censal, una herramienta imprescindible para el estudio de nuestra realidad agropecuaria y el diseño de políticas estratégicas hacia este sector.


Fuente en este enlace

sábado, 12 de septiembre de 2009

Washington Post sobre el conflicto del campo: “Los días del gaucho están contados”


Uno de los periódicos más influyentes de Estados Unidos publicó hoy un dramático artículo criticando la política ganadera del Gobierno nacional. También agrega que la cría de hacienda se está moviendo vacas “desde las praderias hacia los corrales de engorde”.


El conflicto del campo, que incluyó un nuevo cumplido la semana pasada, apareció en la primera plana de la edición de hoy del prestigioso diario norteamericano “The Washington Post”, con el dramático título “Los días del gaucho están contados”.
El artículo del medio de la capital de los Estados Unidos advierte que Argentina “fue el primer exportador de carne y hoy está séptimo” por las dificultades que atraviesa, en un artículo firmado por Juan Forero, y que es acompañado por una foto del Mercado de Liniers.
En la nota el diario advierte que “la situación cambió en forma dramática en los últimos años, no sólo por una decisión de los gauchos, sino también por la política aplicada desde el gobierno nacional”.
The Washington Post destaca que “la Argentina fue siempre reconocida por su carne” y que “tradicionalmente las vacas crecían y se alimentaban en extensas propiedades de la pampa húmeda, en donde los pastos y la calidad de vida del animal repercutían en el sabor de la carne, que adquirió fama mundial y supo poner al país como primer exportador”.
Sin embargo, advirtió que “el gobierno argentino estableció restricciones a las exportaciones, control de precios para mantener la carne artificialmente baja. Los subsidios también ayudan a que los dueños de los campos decidan trasladar sus animales a corrales, en donde los alimentarán artificialmente, les proveerán medicamentos y los engordarán como manda el feedlots (corral de engorde)”, explica el diario.
La nota cita un testimonio, en el que se asevera que “hay mucha diferencia entre la carne que producíamos antes y la que tenemos que producir hoy con el feedlots, en cuanto a sabor, textura y calidad”.
“Hoy en día hay menos tierras disponibles porque las necesitamos para la agricultura, entonces el feedlots se multiplica siendo la opción más rentable”, asegura un representante del campo.
“En Argentina, el ganado vacuno está crecientemente siendo movido desde las praderas hacia los corrales de engorde”, aseverá el Washington Post, sobre el cambio que se habría registrado en el país, en el sistema de alimentación.
“Estos factores causan que los gauchos tradicionales, acompañados de la visión romántica que el mundo les ha impuesto, estén dejando de serlos. La conjunción de la actual situación política argentina tiene como consecuencia directa que el país haya pasado dramáticamente de ser el primer exportador a nivel mundial a ser el séptimo”, consigna como clave The Washington Post.


domingo, 23 de agosto de 2009

Los pies al revés


12/08/2009Carta abierta


Señora ministra de la Producción Nacional, Débora Giorgi:


Queremos contarle que somos médicos veterinarios, nacidos y criados en el norte de Santa Fe, que trabajamos en rodeos de cría bovina, que conocemos el paisaje, su gente y que sabemos del sacrificio del productor y de todo el sector ligado a esta actividad.Como ciudadanos, tenemos la obligación moral de sugerirle que cambie sus asesores, que la ganadería de cría se muere con esta política ganadera, se muere lentamente, como esos yacaré que ve en las fotos, fieles testimonios de la gran sequía... Y el más perjudicado va a ser el pueblo argentino.


Señora ministra, escuchamos la conferencia de prensa del 31/07/09, después de la reunión con la Comisión de Enlace. Queremos decirle que muy pocas veces en nuestras vidas sentimos tanta decepción, tanta bronca, tanta indignación, casi nunca escuchamos tanta ignorancia al opinar sobre ganadería. Y discúlpenos si se siente ofendida, pero hablamos con el corazón, que es lo único que nos está quedando y lo que no vamos a perder nunca; lo demás se lo está llevando la sequía y la mala política ganadera.


Señora ministra, en esa oportunidad nos abrumó con sus números y con todo el dinero que recibió la ganadería de cría a través del Plan Nacional Más Terneros, Compensaciones por terneros vendidos, etc., etc., etc., pero queremos recordarle un dicho muy famoso, muy popular, muy nuestro, que lo dijo el líder más carismático del pueblo argentino: "La única verdad es la realidad", y la realidad es muy cruel señora ministra; la ganadería de cría está quebrada económica, productiva y moralmente; podemos asegurarle que cualquier ganadero estaría gustoso en cambiarle por su sueldo y el nivel de vida que usted lleva, todas sus vacas, su campo, más todos los subsidios del Estado, que usted tan bien cree distribuir. Pero sin duda que usted no aceptaría... Cómo va a aceptar, si un productor que malvenda 500 vacas de cría porque no tiene agua, ni pasturas naturales, ni reservas económicas para darles forraje, no puede comprar siquiera una propiedad en el pueblo...


Queremos recordarle a usted y a sus asesores, que los novillos que usted tanto privilegia, nacen de una vaca; que hacer un vientre lleva por lo menos cuatro años; que la cría es la actividad más perjudicada con esta política ganadera, la más desprotegida; que los campos de cría son los que menor valor económico tienen, que la rentabilidad es la más baja de toda la cadena y que los productores tienen las mismas necesidades que usted señora ministra: necesitan vivir bien, educar a sus hijos, pagar bien a sus empleados, para que ellos y sus hijos a la vez puedan tener un futuro digno y no emigrar de la zona rural para terminar en una villa.


Señora ministra, sin rentabilidad, con el mercado ganadero intervenido por el Estado, con el precio del ternero igual que hace cuatro años, con liquidación de vientres, con una gran inflación acumulada, sin créditos blandos con dos o tres años de gracia para el sector, sin agua en las represas ni en el subsuelo, sin pasturas naturales, sin estado corporal en las vacas, sin subsidios del Estado nacional como reciben los feedlot y ahora los invernadores, sin un Plan Ganadero Nacional que incentive la cría bovina, con la moral derrumbada de los productores, con los bolsillos vacíos, y con los yacarés, una especie milenaria, muertos de hambre y sed, la ganadería de cría se muere. Y usted tiene mucha responsabilidad.


Señora ministra, su conferencia nos recordó el cuento del hombre que tenía los pies al revés: miraba para adelante pero caminaba para atrás.


* Médicos Veterinarios José Alberto Alarcón (DNI 13.644.284), Mariano Lovisa (DNI 22.218.740) y Cristina Vicentín (DNI 24.701.871). Reconquista, Santa Fe


sábado, 18 de julio de 2009

Una víctima del modelo


Hasta la campaña pasada, Alexandro Estebanez arrendaba 1000 hectáreas en Aparicio, pero hoy ya no es productor agropecuario. La presión fiscal, las trabas impuestas desde la AFIP y la ONCCA y la imposibilidad de calzar las compras de insumos con una venta a futuro lo expulsaron del sistema. Sus ganas de seguir viviendo en el campo lo llevaron a probar suerte como contratista.

Alexandro Estebanez es pura sencillez y amabilidad. En el comedor-cocina de su casilla ofrece un café caliente para neutralizar el frío. Y después de un par de sorbos hace una especie de catarsis. "Yo era productor y hacía trabajos afuera de contratista. Pero desde que desaparecí como productor me dedico exclusivamente a los laboreos", dice.Suena raro escuchar eso, y hasta incómodo. Muchas veces se ha escrito sobre "los productores que pueden llegar a desaparecer por las políticas oficiales", es verdad. Pero estar frente a uno conmueve. Hasta enero, Estebanez arrendaba 1000 hectáreas en Aparicio y hacía malabares para poder cumplir con toda la papelería que le exigían la ONCCA y la AFIP para poder comercializar sus granos. Con la cosecha fina terminada, se dio cuenta de que no iba a tener con qué pagar los arrendamientos ni encarar la nueva siembra. Se asumió un ex productor."Influyó la sequía, es cierto, pero a mí lo que me afectó fundamentalmente fue el Gobierno. La presión impositiva, la persecución que te hacen la ONCCA y la AFIP, no haber podido vender a término porque no funcionaban los mercados de futuro... Era una cosa atrás de la otra, y te llevan a no poder seguir", acepta con resignación.Hasta marzo de 2008, Alexandro la venía piloteando, no nadaba en la abundancia pero su trabajo le daba como para ir renovando la maquinaria y vivir dignamente. A partir de la implementación de la resolución 125 y la explosión del conflicto con el Gobierno todo se le hizo demasiado cuesta arriba. "Pagamos carísimo los insumos para la fina y no los pudimos calzar con ventas a futuro. Y llegó la cosecha, tuve muy buena cosecha de cebada -había sembrado 500 hectáreas-, inclusive anduvo muy bien de calidad, pero cuando la vendí, el trigo en vez de 600 pesos valía 400. Entonces un cosechón de cebada no me alcanzó para pagar los insumos. Y dije listo...".A eso se le sumó que las 350 hectáreas de soja que hizo le rindieron 600 kilos de promedio. Conclusión: levantó los pocos porotos, "pagué lo que pude y decidí convertirme en contratista". El triste desenlace se hizo más agrio aún porque debió despedir a un empleado que había empezado a trabajar con su abuelo hacía 52 años.El ex chacarero no necesitó meditar mucho la decisión. Más bien no tuvo alternativa. "Sabía que este año no iba a haber financiamiento, entonces no tenía manera de sembrar y menos de pagar los arrendamientos. Además, tal vez años anteriores uno se arriesgaba porque había buenas perspectivas, pero en este caso no había nada que indicara algo positivo. Y así no podía seguir", asegura.Alexandro tiene 42 años y era productor agropecuario desde los 18, cuando tras recibirse de técnico electromecánico en el colegio industrial de Coronel Dorrego se instaló en el campo de su padre. Al poco tiempo decidió independizarse y empezó arrendando 100 hectáreas, después se agrandó a 500, y desde hace tres años explotaba 1000.El hombre asegura que no hay que buscar factores productivos en su desaparición como chacarero. "Hacía siete años que trabajaba todo en directa, fertilizaba bien, tenía buenas cosechas... Con la directa por ahí no tenés picos altos de rinde, pero sí buenos promedios a lo largo de los años. Yo hacía cuatro campañas que en cebada venía cosechando más de 4000 kilos de promedio, en soja rondaba casi los 1700 kilos... Pero la parte política y la presión de la AFIP y de la ONCCA es terrible", se queja.También asegura que nunca gastó más de lo debido, la Chevrolet Silverado 98 que está estacionada junto a la casilla es prueba de eso. "No es que me haya manejado mal, nunca hice inversiones descabelladas, no me gasté la plata haciendo viajes, o comprando camionetas nuevas. Siempre vivimos con lo justo. Pero esta política te saca del sistema", insiste.Y entonces da un ejemplo concreto de cómo la burocracia y las trabas impuestas desde la Casa Rosada lo terminaron arruinando. "Hace casi dos años me sacaron del registro de operadores de granos y mi contadora ya lleva realizadas 17 presentaciones para poderme ingresar, y todavía no ha podido", cuenta. ¿Qué implica eso? Que ante cada venta de granos que Alexandro efectuó le retienen todo el IVA, más el 19% por ganancias. "Presentás todo el papelarío y te ponen de excusa que a un contrato de arrendamiento le falta el CUIL, lo volvés a presentar y a los 50 días te dicen que le falta la identificación de una parcela a otro contrato... Así me tienen hace dos años, con una excusa tras otra".A todo eso luego se le sumó el engorroso nuevo sistema de Cartas de Porte. "La últimas vez estuve más de 10 días para poder obtener 10. Y es todo así, todo así... Te terminás acobardando", admite. Tal es así que confiesa: "Por un lado me duele no poder seguir produciendo, pero por otro tengo una tranquilidad grande. Porque vivís loco, todo el día pensando en esto y aquello, y al final de la cosecha pasás la zaranda y ves que lo que te queda es lo mismo que gana un empleado en la ciudad con muchos menos problemas y sin arriesgar casi nada. Y acá no tenés horarios, ni domingos, ni feriados...".En la decisión de convertirse en contratista influyeron tanto los buenos y actuales fierros con los que cuenta (sembradora, dos tractores y un pulverizador), como las ganas de seguir viviendo en el campo. "Pese a que dejé de trabajarle la tierra, el dueño del campo nos dejó quedarnos en la casa, y a nosotros nos gusta vivir acá, no queremos ir a la ciudad", cuenta. "Nosotros", son su mujer y sus dos hijos: una nena de siete y un varón de cinco, quienes concurren a la escuela de Aparicio. En este semestre que lleva como ex productor, Alexandro marca que lo que más le ha dolido es haber visto llorar a su hija. "La nena está sufriendo más que yo. Porque sale del campo y ve que anda otro tractor u otro fumigador y no los míos. Incluso la encontré escondida llorando diciendo 'me gustaría que estuviera papá con las máquinas y no el hombre que anda ahí'", relata con los ojos brillosos.Si bien dice que le gustaría volver a producir, acepta que en este contexto es una utopía. "Lo veo como algo imposible hoy, tendrían que cambiar muchísimas cosas", comenta."Vamos a ver cómo me va con esto de contratista, espero tener trabajo y lograr que la cosa funcione. Si no habrá que vender todos los fierros e irse a vivir a la ciudad", dice en la despedida, apunto de subirse al tractor para seguir sembrando semillas ajenas.

http://www.lavozdelpueblo.com.ar/interior.php?ar_id=40591

domingo, 26 de abril de 2009

Ante el riesgo de volver al pasado


Crece la preocupación en el agro ante la posibilidad de que se prohíba o suspenda el uso del glifosato, uno de los pilares sobre los que se apoya la producción nacional


El campo está otra vez en alerta, y eso no es un dato menor. Si no se desactiva a tiempo, la bomba puede llegar a explotar y desparramar sus esquirlas por toda la agricultura y la economía nacional. Las consecuencias serían muy graves.
La producción retrocedería en el tiempo, quizás a más de 20 años de lo que es hoy. Después de la fallida resolución 125 de retenciones móviles, que buscaba apropiarse de una supuesta renta extraordinaria del agro, ahora hay una bomba que apunta directo al corazón del saber hacer de la producción agrícola. Esa bomba es la posibilidad de que se suspenda o prohíba el uso del herbicida glifosato, una de las patas de la mesa que hoy sustenta la producción sojera junto con el sistema de siembra directa y la oleaginosa transgénica resistente al agroquímico.
En el fondo, el glifosato va más allá de la soja. También se aplica antes de siembras de pasturas y verdeos en ganadería y tambo y también para los barbechos previos de otros tantos cultivos que se producen. De hecho, también se usa en producciones intensivas como vid y olivo. "El glifosato es usado en los 30 millones de hectáreas sembradas en la Argentina, en diferentes cultivos y en varios momentos del año, independientemente de la siembra directa. Incluso va mucho más allá de la soja", recordó Andrés Sylvestre Begnis, coordinador general de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
La mecha de la bomba la encendió la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (Aadeaa), que inició un recurso de amparo ante la Corte Suprema pidiendo la suspensión de la comercialización y aplicación del glifosato por 180 días, plazo que consideró necesario para que se expida sobre este producto la Comisión Nacional de Investigaciones, relacionada con el tratamiento y la contaminación ambiental por agroquímicos (ver aparte).
Entre otros argumentos, los abogados ambientalistas citaron en su recurso un trabajo del Laboratorio de Embriología Molecular del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Facultad de Medicina de la UBA sobre los presuntos trastornos a la salud por el glifosato con pruebas sobre embriones de anfibios.
El Senasa y sectores de la provisión de insumos buscaron acceder a una copia de ese trabajo, sin éxito. Andrés Carrasco, investigador del Conicet y del mencionado laboratorio también se desempeña como funcionario de la ministra de Defensa, Nilda Garré, ya que es subsecretario de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico. Lo que está en juego
Son entre 160 y 180 millones los litros de glifosato que se usan en el país en un mercado de US$ 600 millones. De 200 marcas registradas, 10 pertenecen a la multinacional Monsanto.
En este contexto, LA NACION consultó a diversos especialistas sobre qué sucedería con la producción si se suspendiera o prohibiera el glifosato.
Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), sintetizó el impacto en los siguientes ocho puntos: aumento de costos para controlar malezas en el barbecho y en el cultivo (hay estimaciones de que subirían de 15 a 20%); vuelta a productos químicos con mayor toxicidad y de menor eficiencia de control; mayor acumulación de otros herbicidas en los suelos y en las aguas; drástica reducción en siembra directa; menor eficiencia en el almacenaje de agua; menor flexibilidad para la producción; pérdida de rendimiento en las variedades de soja convencionales y menor producción global.
"Salvando las distancias, para la gente común es como si se prohibiera la aspirina", comparó Rossi.
Pablo Spelanzón, un reconocido productor de la zona de Bragado, consideró que una eventual prohibición del glifosato significaría "prácticamente el fin de la siembra directa que tanto he pregonado". Según Spelanzón, esto es porque "no habría producto en el mercado que lo pueda reemplazar, y bajaría drásticamente la producción en valores alarmantes, cerca del 30/40%", según dijo el productor.
"Pensemos que la agricultura en siembra directa ocupa un área del 70 a 80% y el productor perdería la gimnasia que tenía y tiene con esta técnica. Así los productores se volcarían a una agricultura convencional (labranzas)", señaló Spelanzón, que añadió: "Atrasaríamos 15 a 20 años".
Desde Aapresid, Sylvestre Begnis opinó qué ocurriría con la siembra directa, que hoy se hace en más de 20 millones de hectáreas. "Caería la adopción pero la directa no es dependiente del glifosato, así que dependería de la decisión agroempresarial de cada productor", precisó.
El tándem soja transgénica-glifosato permitió el control de malezas difícil (como el sorgo de Alepo) y abrió el camino para la siembra de otros cultivos en campos que antes eran de difícil siembra por las malezas.
Esta semana, Guillermo Cal, director de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), que difundió un comunicado recordando estudios que avalan el glifosato y su bajo riesgo, incluso del Senasa, también coincidió en que sin el herbicida los rindes bajarían 30/40 por ciento.
Guillermo Villagra, productor, subrayó el efecto negativo de una prohibición. "Creo que los rindes bajarían un 50%. Se volvería a la labranza convencional, lo cual traería aparejado erosión hídrica y eólica, que gracias a la siembra directa y al glifosato veníamos controlando. Sería como retroceder 15 años. Si este año se producirán 35 millones de toneladas de soja por la sequía, si no se utilizara glifosato sería de 20 millones de toneladas", afirmó.


Por Fernando Bertello LA NACION










lunes, 30 de marzo de 2009

Reflexión y lección de madrugada

Por Luis María Barreiro (*)

Es madrugada en Rafaela. Como mi padre, como mis abuelos desde 1913 y en la misma esquina, divido mis afanes entre la medicina y la ganadería de cría. He vivido seis años en el campo, rodeado de silencios y certezas que me fue develando el tiempo. Al principio viví solo, como “viejo malo”. Luego con Ciriaco Frutos, un correntino guapo, convicto como homicida al acuchillar a un milico irrespetuoso. Por las noches, y a la luz de un candil, me contó historias que guardo conmigo. Murió en su ley, al rodar el caballo. “Mande, patrón!”, me parece escucharlo todavía.Y la vida luego me dio “prenda” que me cuida desde entonces. Nadie me contó lo de la cría; me tocaron varias bravas, sequía severa, inundaciones gravísimas, políticas erráticas, desconcierto. Cuando Kirchner cerró la exportación de carnes, Nadja Grimm, una suiza que trabajaba con nosotros, me decía: “¿Cierran la exportación de carne? Se lo confirmé, abrió enormes los ojos celestes y exclamó: “Pero si la Argentina es carne”. El campo nos llevó a los piquetes, el frío a una neumonía y esta última, gravísima, me trajo de regreso a Rafaela. La pasión por la medicina de emergencia me arrinconó nuevamente. Además, volver al campo ¿para qué? El que trabaja, se funde.Una rutina guardo como tesoro: arrancar antes que el alba, alimentar a los perros, abrirle la puertita a Irupé, mi cotorra. Madrugada, silencio e íntimo momento de reflexión. Miro los increíbles números de la ganadería de cría. ¿No los ve Cristina? ¿Nadie los ve en el Gobierno? En un año el stock cayó 1,3 millones de cabezas; la liquidación de vientres lleva dos años. ¡Los argentinos nos comemos las madres; los moldes para hacer terneros! Aclaremos: entre el 52 y el 56% del animal vivo es carne. El mundo con poder adquisitivo compra una parte a 12,5 dólares el kilo, la famosa Cuota Hilton. Las exportaciones se redujeron 45%, y el país pasó del 3° al 7° lugar en el ranking de principales exportadores.
¿Qué come usted en casa? ¿Milanesas, asado, falda? Eso no les interesa ¿Por qué no exportamos los cortes especiales? La vaca vieja, flaca, se denomina conserva. La requiere el mercado ruso y otros menores. Se exporta cocida, termoprocesada. Nadie la consume en Argentina. Sin embargo, hoy no se permite su exportación. ¿Quién lo entiende? De esa manera, su precio aquí se “arrastra” por los 60 centavos por kilo. El retroceso ganadero es un fenómeno argentino. Mientras tanto, Brasil se consolidó como principal exportador e internacionalizó sus mayores empresas frigoríficas. Compró nuestros frigoríficos. Uruguay nos supera como exportador; Paraguay duplicó sus embarques. ¿Y en el mundo? Colombia pasó de exportar 13.000 toneladas en 2005 a 170.000 en 2008. Y Vietnam, que nunca había criado, el año pasado exportó 145.000 toneladas. El precio del novillo local, afectado por el cierre de las exportaciones, cayó 25%. Aún así, el consumidor paga un 60% más en el mostrador. Para comprar un kilo de helado, un ganadero necesita 10 kilos de novillo. En los últimos dos años, Argentina dejó de abastecer a 30 países. En 2010 habrá un faltante notorio de terneros (por la baja preñez que dejará la sequía). Para 2011, el país deberá importar carne. ¿Qué significan todos estos datos abstractos? ¿Cómo se reflejan en el pago chico? En nuestro campo nacieron 783 terneros en 2006. En 2007, con 90 días de inundación y crisis de por medio, el número descendió a 650. Y en 2008 a 560. En los últimos cuatro años hemos reducido el número de empleados. Ayer nomás, encontré a uno de ellos en un bar, desocupado, ahogado en alcohol. Él y sus penas. Me abrazaba y lloraba. Fue y sería un peón brillante. ¿Es esto redistribución de la riqueza? ¿Inclusión? ¿Movilidad social ascendente, como gusta decir cierto ministro?La empresa en 2007 producía el 85 % de sus terneros por el método de inseminación artificial. Un equipo muy entrenado: “sembraba” un ternerito por minuto. Durante 15 días sincronizábamos ovulaciones de madres y todas las vacas arrancaban juntas su preñez con semen del mismo padre. Teníamos hasta 63 partos por día.
Desde el cierre de las exportaciones todo ha sido retroceso: se pasó de la selección genética de altísima calidad a lo que la madre natura y el instinto animal nos provea mediante la reinserción de los toros al servicio. Nuestros terneros se destetaban 100 % en forma precoz. Desde los 40 días de vida y con 40 kilos, se los llevaba a pesebre 150 días con alimentación preparada por nutricionistas y veterinarios. Un mundo de moledoras, balanzas, mixers y raciones, corrales y movimiento.Hoy es un páramo. Abandono total.Las vacas madres, sanas y fuertes por el corto período de amamantamiento, reingresaban al ciclo productivo. Los terneros a los 6 meses iban a venta para recría, invernada (engorde) y faena. Las hembras se retenían todas. Casi al año se clasificaban. Guardábamos la mejor mitad para futuras madres. El resto se la llevaban otros criadores principiantes y entusiastas de la zona para mejorar sus planteles. De éstos no queda uno en pie y entero, solo retazos de sus ilusiones. Las hembras retenidas, a los 18 meses de vida, llegaban a la selección final. Mirarlas una y otra vez, hacerlas caminar como modelos. Que la cabeza, que la cola, el cuarto, la paleta, los huesos, el tórax, la expresión más o menos femenina, la línea del lomo, el despegue del piso, el pelo. Y allá corría Don Leonardo Gallino a las zancadas por el corral de aparte: —Esa, m´hijo! ¡Aparte esa vaquita Gillete, flaca y garronuda!—Pero Don Leo! —¡Que se vaya! Ojos tristes, pico e´flauta. No tiene caja, demasiado despegada del piso, le falta hueso. Que se vaya. Si la guardás, no digas que estuve yo”, se enojaba conmigo Don Gallino.Las terneras sembradas en primavera del 2005, nacidas en el 2006 y así criadas se las puede ver hoy, en el Establecimiento 11 de Julio. Están allí, inconfundibles, mansas, coloradas, preciosas. Las cuida Antonio. Son sus chicas desde que las recibiera en agosto de 2008, con 180 kilos. Hoy pesan casi 300 y, como llega el otoño, se van a otro lado. Cuarenta meses después de arrancar, están prontas para iniciar su vida reproductiva que durará entre 6 y 8 pariciones.
“Las llevan a servicio”, pensará Antonio. “Las tengo que vender”, pienso yo. Son las últimas y no tengo resto para guardarlas. Se van, sí, pero al matadero, a consumo y a $2.60 el kilo. Se me anuda la garganta, el estómago y el bolsillo. La madrugada se hace larga, la angustia mucha, el mate frío. Suena el teléfono. Es Néstor, chaqueño guapo nacido y criado entre espartillos y soledades del monte, el encargado del campo. —¡Hola Dotor, buen día! ¿Cuándo trae las vaquillonas para servicio? Corto la llamada. Si supieras, Néstor. Ya veré cómo se lo explico. Afuera amanece; la operadora de la guardia médica suena en el radio. Me levanto, la vida sigue, el nudo también. Y allá va Luisito, 52 años a cuestas, 28 de médico, como su padre, criadores todos, como sus abuelos, enamorados de las vacas. Cuánta bronca. Cuanta impotencia ¡Ay, Argentina! ¡Ay, argentinos! ¿Hasta cuando el desencuentro?


* Productor ganadero, médico
www.criticadigital.com.ar

domingo, 22 de marzo de 2009

"El conflicto es del Gobierno con el campo, con los pueblos del interior"


Reflexiones de una productora agropecuaria chavense


Durante este tiempo que lleva el conflicto entre el Gobierno y el campo, cada vez se hizo más frecuente la presencia de la mujer en las asambleas, reuniones y presencias en rutas, defendiendo el reclamo del sector agropecuario. Por ello, en este primer aniversario, LA VOZ DEL PUEBLO quiso tener la palabra de una de las productoras agropecuarias de este distrito, como es el caso de Ana Martín, quien en principio manifestó que "en primer lugar, quiero aclarar que el conflicto no es del campo con el Gobierno y sí, del Gobierno con el campo, con los pueblos del interior cuya principal actividad productiva es la agropecuaria. En este caso el orden de los términos altera el producto, ya que depende de la voluntad del Gobierno, destrabar o no este interminable conflicto".Luego prosiguió preguntándose: "¿Qué y cuántas infortunadas situaciones nos llevaron de ser productores cordiales, introvertidos, para muchos individualistas, a transformarnos casi en una horda rural que se vio obligada a salir en conjunto a defender la producción actual y futura? ¿Qué situaciones nos llevaron a tener que dar interminables explicaciones de una actividad completamente lícita? ¿Cuánto ganaba un productor de soja? ¿Y uno de trigo? ¿Y uno ganadero? ¿La sociedad entendió nuestro sincero mensaje? ¿Sabe cómo funcionan las llamadas retenciones? ¿A quién le interesa conocer, realmente y honestamente, cuál es la realidad en la que unos ineptos funcionarios nos han embarcado, para con su posible acción tratar de revertirla?".Muchos interrogantesMás adelante apuntó que "hay muchos interrogantes sin respuestas. En principio, nadie puede negar que lo sucedido durante estos doce meses, hizo visible lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros como habitantes, productores o funcionarios de Adolfo Gonzales Chaves."Lo mejor es la unión de los productores locales al construir un espacio de reclamo común, dejando de lado el individualismo y el 'no te metas', con la participación activa de las mujeres y de los jóvenes agropecuarios, la solidaridad y el acompañamiento de mucha gente relacionada directa e indirectamente con esta producción, los pocos funcionarios municipales y concejales chavenses que no concurrieron a Tres Arroyos a apoyar la nefasta política anti producción del gobierno nacional, los productores agropecuarios repetimos hasta el cansancio: la existencia de retenciones termina perjudicando a los ingresos de los municipios, la tenacidad de los productores locales para no convertirnos en clientes políticos".En tanto, según Martín, lo peor fue "la división y el antagonismo entre la población, que el gobierno nacional pretendió instalar con argumentos que faltaban a la verdad y mostraban un total desconocimiento de la actividad y de sus actores; los pocos comerciantes relacionados indirectamente a la producción agropecuaria que no acompañaron el reclamo, por considerarlo sólo sectorial; los muchos funcionarios municipales chavenses que concurrieron a Tres Arroyos a darle el apoyo político a quienes estaban aniquilando la principal producción de su partido; que bajaran los ingresos recibidos por el municipio chavense correspondientes a coparticipación provincial; que los municipios se conviertan en clientes políticos del gobierno nacional".También "cuesta entender, después de un año, la obstinación y persistencia del mensaje sobre que las retenciones son un impuesto redistributivo. Este mensaje tiene una cuota importante de cinismo y preocupantes signos de ignorancia. Las retenciones actúan como un impuesto a las ventas, no como otra cosa. Son fáciles de recaudar y no se coparticipan, por lo tanto esos recursos pueden ser usados libremente y a voluntad de unos pocos".Además, "las retenciones no tienen en cuenta los costos de producción y son un instrumento de la política tributaria que discrimina al agro. En el mundo la agricultura es subsidiada. En Argentina se le cobran retenciones confiscatorias que no se le cobran a la industria ni al turismo ni al resto de los servicios. En el mundo se promueve la exportación de sus productos. En Argentina se cierran las exportaciones de carne, leche, cereales y se pierden mercados que costaron varias décadas conseguir. "Sin lugar a dudas, los productores agropecuarios ante tanto atropello y discriminación, no pedimos ayuda ni soluciones, sólo pedimos que nos dejen producir. No reclamamos subsidios ni favores por ejemplo, ante la real y publicitada sequía. En este caso, deberíamos exigir la devolución de lo que nos robaron en épocas de vacas gordas y que hoy compensaría las pérdidas y nos permitiría seguir invirtiendo en la actividad. De ahora en más, como productores, como cualquier persona que realiza toda actividad lícita, no deberíamos permitir más robos por parte de ningún gobierno, sea nacional, provincial o municipal, ya que éstos son elegidos para administrar recursos, no para confiscarlos".



sábado, 21 de febrero de 2009

La política y el impacto de la seca


Entre las discusiones sobre las medidas del gobierno y la alarmante falta de lluvias, el agro vive una situación particularmente grave, con un futuro difícil de prever.



Desde que el gobierno vio frustrado su intento de imponer la Resolución 125, ha venido desplegando toda su artillería con el claro y único objetivo de poner de rodillas al campo y no, como pretende comunicar, para hallar la solución que el conflicto requiere. Según el director de Agritrend, licenciado Gustavo López, en el período que va desde 2002 a 2008, el valor de las exportaciones totales en granos, oleaginosas y sus derivados en industrialización alcanzó los 110.000 millones de dólares, es decir el 85% de un PBI, en tanto que lo recaudado por el gobierno en materia de retenciones lo sitúa en torno a los 28.000 millones de dólares, equivalente al 60 % de las reservas monetarias totales declaradas. Como podrá observarse, no estamos hablando de cifras menores, sobre todo si tomamos como referencia no sólo la ayuda oficial anunciada, sino también la recibida por algunos productores agropecuarios. Pero, para no confundirnos más y ordenar el debate, es necesario que identifiquemos los diversos componentes de la crisis-problema. El primero a destacar es la política oficial que se viene desplegando desde hace tres años hacia el sector, tal como las sucesivas intervenciones al mercado con sus secuelas distorsivas; por ejemplo, en el de las carnes, la leche y el trigo; las permanentes trabas para otorgar los permisos de exportación, cuando en realidad casi el 80% de lo producido por el complejo granario tiene destino exterior; la ausencia de un plan agropecuario que fije los lineamientos de largo plazo para cada actividad y región del país. Y el serio riesgo, como consecuencia de lo dicho, de que la producción agropecuaria caiga en los próximos años en forma vertiginosa. La otra cuestión que aparece sobre nuestro horizonte tiene que ver con la crisis inmobiliaria internacional, que al principio parecía tan lejana, según la óptica oficial, pero que cuando recaló en la economía real golpea no sólo al sector sino al país todo, básicamente por caída en la recaudación fiscal y en el menor ingreso de divisas del comercio exterior. Y el último aspecto a evaluar es la sequía que estamos soportando, que agrava aún más la situación previa del interior y sus comunidades. Para mitigar sus nefastos efectos, las autoridades nacionales tienen la obligación de poner a disposición de los damnificados todas sus estructuras y recursos, tal como tienen que realizarlo con los hermanos de Tartagal. Sin embargo, la respuesta oficial se circunscribe al otorgamiento de subsidios al voleo, a la entrega de cartas de porte en forma gratuita, a la promesa de suministro de maíz para los rodeos severamente comprometidos por la sequía y, actuando como broche de toda esta escenificación, los auspiciosos augurios sobre nuestro futuro que efectúa el gobernador Daniel Scioli, pero sin hacer absolutamente nada para procurar los recursos que permitan poner en plena vigencia la ley para el desarrollo del sudoeste bonaerense. Si evaluamos lo que ocurre con el trigo, por ser junto a la ganadería puntales en la matriz productiva regional, podremos observar que, a pesar de la exigua producción de 8,3 millones de toneladas y de la sostenida demanda, los precios, lejos de encontrar su equilibrio en la suba, están atrasados como consecuencia de estar el mercado interno absolutamente distorsionado, con un agravante: a pesar de los discutibles mecanismos de control, el consumidor tampoco se ve beneficiado con los precios bajos. El diferencial de precio que percibe el productor triguero --esto es, lo que tendría que recibir según la capacidad teórica de pago de la demanda y lo que realmente le llega, descontadas ya las retenciones que van a las arcas del gobierno-- lleva a que la producción resigne, tomando solamente enero de 2009, 106,94 pesos por tonelada. Si lo referimos a la producción total, estamos hablando de 887 millones de pesos. Ahora bien, tanto sociedad como gobierno debemos abordar responsablemente esta difícil realidad y encontrar los mecanismos que comiencen al menos a destrabar el conflicto, teniendo en cuenta como una restricción no menor la que nos plantean funcionarios a diario: no se puede resignar caja. Por otra parte, este gobierno ha demostrado su fuerte vocación reguladora, por lo que no sería descabellado solicitarle que establezca un precio sostén para la producción triguera, retroactivo al 1 de noviembre, a fin de que ningún productor se vea afectado y tomando como referencia los precios que diariamente publica la Secretaría de Agricultura de la Nación, y que son los que establece la capacidad de pago en función de la evolución internacional de las cotizaciones, deducidos los gastos de exportación. Sin ser ello la solución requerida y tomando como ejemplo lo que ocurriría en el partido de Saavedra, que con una producción promedio de 1.200 kilos por hectárea, sólo pasaríamos de un quebranto de 261,14 pesos por hectárea a uno de 132.81 pesos, estaríamos encaminándonos hacia una situación al menos más auspiciosa para todos.


El ingeniero agrónomo Lionel H. Echeverz, autor de este comentario, reside en Pigüé.






miércoles, 11 de febrero de 2009

El campo rosaleño espera que llegue la ayuda prometida


Diego Diomedi, desde la Federación Agraria Argentina, Filial Bajo Hondo, dijo que "lo único que hay son promesas". Además lamentó la postergación de la reunión prevista ayer con Néstor Starc.


"Por ahora sólo tenemos promesas de ayuda, tanto de dinero como de alimentos. Se habla de la necesidad de que lluevan unos 300 milímetros para solucionar nuestro problema de sequía, pero no creo que caigan pasto, dinero y comida. La situación es muy grave". Así lo sostuvo Diego Diomedi, coordinador de la Federación Agraria Argentina, Filial Bajo Hondo, en diálogo con "La Nueva Provincia". También lamentó la postergación de la reunión prevista para ayer, "que desde hace una semana teníamos pactada entre la multisectorial y el intendente Néstor Starc" (ver aparte). Dijo que "la gente de campo necesita saber, cuanto antes, en qué momento llegarán los subsidios prometidos. Esto es lo que le pedimos a nuestro municipio". También se refirió al futuro plan de lucha gradual que pondría en marcha, a la brevedad, la Mesa de Enlace. "Vamos a avalar todo lo que se haga, porque no queda otro remedio y el diálogo parece estar totalmente cortado", expuso. Consideró que "todo lo que nos viene pasando es porque desde el gobierno nacional, existe una clara política contra el campo. La intención es no atender las cuestiones de los pequeños y medianos productores". Diomedi afirmó que "aún cuando se nos intentó dar el tiro de gracia con las retenciones, seguimos luchando y así continuaremos. Ningún dirigente bajará los brazos ni tampoco se callará".
Hacienda en liquidación. El joven dirigente aseguró que "en Coronel Rosales cada vez son más los productores que ante la crisis, se ven obligados a liquidar su hacienda porque no tienen con qué darle de comer". Agregó que "resisten como pueden, procurando como una alternativa la compra de granos. Por eso necesitamos que llueva como nunca". Dijo que "en todos los casos están viendo cómo salir de esta situación, mientras que un sector piensa dedicarse a otra cosa. De hecho también tenemos casos de gente que arrendó sus campos". Al respecto indicó que "de ninguna manera podemos seguir permitiendo que se vaya un productor más. Pero sin ayuda y sin contención de ningún tipo, poco se puede hacer".
Se postergó el encuentro con el jefe comunal Diomedi sostuvo que "existe gran malestar entre los productores, porque hoy a la tarde (por ayer) teníamos previsto reunirnos con el intendente Néstor Starc. Pero a último momento su director de Desarrollo (Carlos Aramayo) nos informó que no podía venir porque se estaba ocupando del tema de los pescadores". Agregó que "en principio el encuentro se va a producir el próximo viernes, pero consideramos que habría que manejar las cosas de otra manera. Tanto nuestra problemática como de quienes viven de la pesca, son urgentes". Expuso que "la intención del encuentro era dialogar sobre nuestra situación, las tasas, los caminos vecinales y la ayuda. Estamos en emergencia y se hará muy complicado cumplir con las obligaciones fiscales". "Que Starc venga tranquilo porque nadie lo atacará ni nada parecido, únicamente queremos que se ponga al frente de nuestra situación y nos defienda. De nada sirva que vaya atrás de los problemas", concluyó.


lunes, 2 de febrero de 2009

Generosidad oficial: el gobierno cederá a los sojeros 0,31 u$s/ha de un total recaudado por retenciones de 328 u$s/ha

Es lo que representaría el ahorro generado por no tener que pagar la carta de porte en la presente campaña 2008/09.

En el ciclo 2008/09 la suspensión del cobro del arancel de la carta de porte generará a los productores de soja un ahorro de 0,31 u$s/ha, al tiempo que la transferencia en concepto de retenciones a la oleaginosa será en el presente ciclo del orden de 328 u$s/ha.
Así lo indicó un trabajo elaborado por la unidad de Investigación & Desarrollo del Movimiento CREA.
El cálculo fue realizado a partir de la última estimación de la Sagpya de área de soja 2008/09 (16,50 M/ha) con una producción final estimada en 40,0 millones de toneladas y los precios de la oleaginosa vigentes al 27 de enero pasado.
En los demás cultivos el impacto no es menos significativo. En girasol, por ejemplo, los productores de esta oleaginosa deberán ceder por retenciones al gobierno nacional un promedio de 134 u$s/ha y recibirían un “ahorro” de 0,20 u$s/ha gracias a la suspensión de la carta de porte.
En maíz, el estimado es de 129 u$s/ha contra 0,54 u$s/ha, mientras que en trigo el cálculo proyectado arroja una cifra de 91 u$s/ha contra 0,23 u$s/ha.

http://www.infocampo.com.ar/Generales/16799/

domingo, 1 de febrero de 2009

El Gobierno y el campo argentinos, enfrentados por la sequía


El sector rural opina que las medidas fiscales para contrarrestar las pérdidas en la producción son insuficientes y desacertadas


IRENE BENITO - Madrid - 31/01/2009


La peor sequía de la historia. O de los últimos 20, 50 o 70 años. Las apreciaciones difieren pero todas acusan un estado de alarma para la producción agropecuaria, histórico baluarte de la economía argentina. Los efectos perjudiciales para los cultivos y el ganado atribuidos al fenómeno meteorológico de "La Niña" han profundizado el malestar del sector rural, que en 2008 enfrentó al Poder Ejecutivo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la polémica decisión de aumentar las retenciones a las exportaciones. La reciente declaración de la emergencia agropecuaria no ha contribuido a desanudar las tensiones, según Arturo Llavallol, secretario de la Sociedad Rural, una de las cuatro grandes organizaciones que conforman la Comisión de Enlace (participan además Confederaciones Rurales -CRA-, Federación Agraria y Coninagro).


Según los pronósticos, la sequía se extenderá hasta el otoño y el invierno. Es probable que haya lluvias aisladas durante febrero
"Estamos en una situación muy delicada por culpa de las malas políticas, la crisis internacional y la sequía. La única manera de salir a flote es aumentar la producción agropecuaria, pero el Gobierno atenta contra ella", apunta Llavallol desde Buenos Aires.
Las instituciones que representan a los productores han considerado insuficientes y desacertadas las medidas fiscales que dispuso Fernández de Kirchner para ayudar al campo. Llavallol indica que no habrá gran beneficio a partir del aplazamiento del pago del impuesto a las ganancias y al patrimonio, y de los anticipos de dichos tributos. "Estos no vencían ahora sino en unos meses y el impuesto a las ganancias sólo se paga en caso de rentabilidad, que no la habrá. El pago ha sido postergado solamente por un año y, encima, el Gobierno obliga a abonar los intereses respecto de la suma diferida", critica el dirigente.


Paliativo irrelevante


El jueves, la CRA denunció que la eliminación de los aranceles de las cartas de porte (instrumento que autoriza el transporte del ganado y de los cereales), la otra decisión del Gobierno, tiene como objetivo principal perjudicar a la entidad que prestaba el servicio al productor. "El costo de la carta asciende a dos pesos (45 céntimos de euro) por hectárea de soja, por lo que la medida no modifica la realidad del productor afectado por la sequía; es irrelevante como ayuda y, por lo tanto, la gratuidad obedece a intereses políticos", advierte un comunicado de la institución.
La Sociedad Rural, por su parte, reprocha al Gobierno que adopte políticas referidas al campo sin consultar a las entidades que nuclean a los productores. "La Comisión de Enlace había pedido que se liberen las exportaciones de carnes y granos, que están prácticamente cerradas, y ayudas para los pequeños y medianos empresarios", recuerda Llavallol. Pero pese a la insistencia del campo, subsisten las retenciones del 35% de los ingresos por exportación, y las restricciones al comercio internacional de carne y de leche. El clima adverso a la producción agropecuaria no es sólo una cuestión interna sino también internacional: los precios de las materias primas han caído un 50% desde el comienzo de la crisis financiera.


lunes, 26 de enero de 2009

"No jueguen al clientelismo político con el campo"


El ruralista Biolcati enrostró impericia y falta de voluntad al gobierno nacional. También censuró actitudes de la secretaría de Comercio Interior.


BUENOS AIRES (DyN) -- El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Luis Biolcati, acusó ayer al gobierno nacional de actuar con falta de voluntad e impericia en la crisis con el sector agroganadero. "No jueguen al clientelismo político con el campo. No les va a ir bien. A los productores no se los compra con dádivas, aunque su situación sea desesperante. Si quieren hacer algo por él, escuchen a sus legítimos representantes", manifestó. "¿Qué es eso de ir repartiendo maíz por las provincias, como si fueran los electrodomésticos que se regalan en el Gran Buenos Aires? ¿Es lo único que saben hacer?", disparó seguidamente, en dirección al controvertido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Durante su discurso en la 67 exposición rural de la provincia del Neuquén, Biolcati pidió al gobierno que escuche a la Mesa de Enlace --que nuclea a las cuatro principales entidades del segmento-- y acuerde planes integrales y serios. "A la acuciante sequía que afecta a casi todo el territorio nacional y que provoca pérdidas inéditas a miles de productores y sus familias, se suma la falta de voluntad o la impericia del gobierno para encontrar las soluciones urgentes que el campo argentino necesita", ratificó. Sobre el petitorio enviado por la Mesa de Enlace, Biolcati dijo que se aguarda la respuesta presidencial. "Las economías regionales no pueden soportar, por más tiempo, demoras e intrigas palaciegas", puntualizó. "La situación climática y de precios por la que atraviesa nuestra actividad hace imprescindible terminar ya con las restricciones y gravámenes que impiden su desenvolvimiento, así como brindar ayuda en forma directa e inmediata a los productores afectados por la peor y más prolongada sequía de los últimos cincuenta anos. Cada día de demora en la implementación de esas soluciones supone un agravamiento de una situación que aún es reversible", complementó. En otro momento de su exposición, y apelando a un juego de palabras, Biolcati aseguró que el gobierno "K" fracasó cuando intentó poner al campo de rodillas, según su expresión, y sólo logró poner al país de pie. "Ahora, con una obviedad rayana en el ridículo, intentan dividirnos y debilitarnos con una política de dádivas y clientelismo. Sólo lograrán unir y fortificar aun más al sector tras sus entidades representativas", remarcó. "Se necesitan políticas agropecuarias serias, profundas, sustentables y no manotazos de ahogado para ver si recuperan los votos que, por necedad y soberbia, perdieron durante los últimos meses", añadió. Sin nombrarlo, Biolcati también cuestionó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez. "Como si fuera poco ahora tenemos que soportar que mandatarios extranjeros de dudosa reputación nos den grotescos consejos, con el aval de las autoridades locales, para que produzcamos más", mencionó. "Tendríamos que pedirles a esos mandatarios que les digan a nuestros funcionarios, que los escuchan con admiración y les rinden pleitesía, que generen las condiciones y verán cómo producimos más", redondeó. Por último, Biolcati consideró que los comicios legislativos de octubre representan una oportunidad inigualable. "Frente al año electoral, nuestro desafío es aumentar la participación del sector agropecuario en el Poder Legislativo", subrayó. "Productores, dirigentes y simpatizantes del campo debemos integrar las listas de candidatos para todos los niveles de gobierno: municipal, provincial y nacional, y con la mayor dispersión geográfica posible", concluyó.



martes, 20 de enero de 2009

“No llueve y lo único que tenemos es la esperanza”

Alejandro Lasarte, un TAMBERO ante la encrucijada de perder todo por la sequía.

Maneja un emprendimiento familiar que fundó su abuelo en 1914. No logró cosechar ni una hectárea de maíz y ya no tiene para darles de comer a sus vacas.



Osvaldo Bazán, desde Tandil
18.01.2009

Alejandro Lasarte cree que en diez días perderá el emprendimiento familiar que comenzó su abuelo en 1914. No depende de él. Depende del cielo. El tambo San Cayetano ocupa 124 hectáreas en Estación Egaña, a 25 kilómetros de Rauch, a 45 de Tandil. Veinte de esas hectáreas fueron sembradas el 8 de noviembre con maíz. La idea era que los granos que se cosechasen allí sirvieran para alimentar a las 120 vacas del tambo. Pero algo no funcionó. Hoy ese maíz tendría que llegar a los dos metros de altura, con mazorcas repletas de granos. Apenas alcanza los 70 cm y ni asomo de maíz. No llovió. Tan simple y sencillo como eso. No llovió.Alejandro, 39 años pero cualquiera podría darle 50, pantalones cortos, zapatillas deportivas y remera gastada por el uso, mira esas plantitas tristes, de un verde desteñido y dice: “¡Esto es macabro, macabro!”. Se había entusiasmado con una semilla más resistente, patentada en los Estados Unidos y ahí se le fueron los mil pesos por hectárea para que sus vacas, bien alimentadas, pudieran darle los 1.800 litros que Alejandro o su familia (su esposa Lucrecia, sus hijos Iván y Tomás, su hermano y su cuñada, su mamá; no hay empleados en el tambo) ordeña cada día a las 7 de la mañana y a las 6 de la tarde. Recuerda que en los últimos años sólo una vez no se produjo el ordeñe. Un temporal tiró la línea de luz y no pudieron hacerlo. “Es que la vaca es un animal muy rutinario –dice Lasarte–; tiene que ser ordeñada dos veces por día, porque si no se infecta y se estresa. Ella a las seis tiene que ser ordeñada y después tiene que comer dos kilos de comida: es así”, y lo que dice Lasarte tiene el peso de una sentencia cultural. Lo de 1.800 litros de leche diaria para el establecimiento es un número ideal. Con lo mal alimentada que vienen las vacas por la sequía, apenas llegan a ordeñar 1.000 litros. A 0,65 pesos el litro. También por la mala alimentación es difícil que las vacas queden preñadas. Se convertirán por un año en lo que se conoce como “vaca vacía”. Como Yerma, pero en vaca.El establecimiento de Lasarte es como cientos en toda la cuenca del Salado, extensa región en el centro de la provincia de Buenos Aires. Un emprendimiento familiar que tiene como partida de nacimiento el año 1914, cuando Miguel Lasarte llegó desde Leisa, España, y se instaló en las cercanías de Tandil. En 1940 se estableció en Estación Egaña y la familia ya no salió de allí. Alejandro señala un monte, a unos pocos kilómetros: “Ahí nació mi mamá. Siempre vivimos acá”. La casa hoy, a pesar de todo, está de fiesta. El mayor de los hijos, Iván, cumple quince años y todos sus amigos vinieron –vaya paradoja– a jugar en la pileta armada en lo que fue un pozo de agua, que Lasarte rellenó para diversión con la estructura de fibrocemento, hace dos años, imaginando un futuro que no llegó. Iván, su hermano Tomás, de 13, y los otros chicos van a la escuela agrotécnica. Porque les cuesta imaginar una vida que no sea ligada al campo. “Es lo que me enseñaron a hacer, es para lo que estoy preparado ¿qué otra cosa voy a hacer?”, dice Iván. “Por suerte tengo dos hijos varones y no tengo que gastar en fiesta de quince. Ése sí que es un gasto”, agrega su padre y sonríe. Lucrecia estuvo todo el día cocinando, hay tortas, pastafrolas y una enorme medialuna rellena de dulce de leche, casera. Está claro que la familia no es pobre de toda pobreza. Es de una clase media galgueante, de trabajo y poco lujo. Que ayer nomás soñaba con otro presente. La casita, pintada de rosa, rodeada del maíz escuálido y vacas flacas, no sobresaldría en una ciudad del conurbano bonaerense, aunque tiene todas las comodidades: es grande, pero no hay aire acondicionado, plasmas de 40”, home theatre ni otras delicatessen básicas de la burguesía nacional. Los Lasarte no la pasan mal. Lo que temen es que se les termine el juego. –Si no llueve en diez días, y no hay ninguna previsión de lluvia, si no se salva nada de la cosecha, ¿qué van a comer las vacas? –No sé. Igual por más que llueva, no se salva. Podríamos nomás tener una esperanza. Pero no hay ni rollos de cola de cebadilla, que tampoco es que sea muy bueno para que coman las vacas, es para que mantengan el peso nomás, no para que den leche. No hay forraje, ni silos, ni nada. A la cooperativa agrícola de Tandil los molinos no le están vendiendo afrechillo, por especulación. No hay nada para darles de comer. –¿Va a tener que vender las vacas? –Y… los productores chicos no vamos a poder resistir así. No me quiero resignar, pero no veo que podamos resistir.–¿Y entonces? –Parece que quieren que todo quede en manos de los grandes pulpos. Un monopolio de dos o tres. Y a esos grandes la vida de los pueblos no les interesa nada, ni el pan compran en el pueblo. Nosotros estamos acostumbrados a vivir con dos pesos, peso que tenemos lo gastamos en el pueblo y así vivimos. Ahora no sé.–¿Va a tener que vender el tambo que heredó de su abuelo? –No sé. Pero sí sé que si lo vendo no vuelvo más. Acá el que se va del juego, no vuelve. No tiene cómo –dice y comparte una porción de pastafrola que tranquilamente podría figurar entre las diez mejores del país. Pero no sólo maíz iban a comer las vacas de Alejandro Lasarte. También sembró una mezcla de cebadilla, trébol rojo y alfalfa en unas hectáreas que tenían que servir hasta que estuviera el maíz. Ahora, caminando por ese campo no se ve cebadilla, ni trébol rojo, ni alfalfa. Sólo cardos escuálidos a los que les falta la flor violeta. Ya se la comieron las vacas. Y les faltan las hojitas pinchudas. Se las comieron los bichos moros. Lasarte camina por el campo, dice que nunca vivió en otro lado, que no sabría qué hacer en otro lado. Lo repite. Y cada tanto busca en el horizonte la promesa de una nube que no aparece. En los costados de la ruta 30, que une Las Flores con Rauch, se ven pequeños incendios de los pajonales en las banquinas. Un carro con tres o cuatro bomberos con cara de aburridos apagan acá lo que volverá a encenderse a pocos kilómetros. La tierra está tan seca que un vidrio tirado a la vera del camino puede con el sol provocar esas llamas. Hay humo en las rutas y arde una mulita que no fue lo suficientemente rápida. Debajo de cada árbol se amontonan vacas escuálidas, más cara de tontas que nunca. Algunos productores, al no tener qué darles de comer, dejan que sus animales intenten encontrar algo verde en las cunetas. Pero no hay verde en las cunetas. Entonces las vacas se echan y después ya no tienen fuerza en las patas. Quedan allí, apagándose lentamente, mueren deshidratadas y de hambre. Los ojos abiertos hacia ningún lado. El olor es nauseabundo.Como en una película de Disney, las casas se han llenado de mulitas, zorrinos, zorros, peludos. Todos buscan un poco de agua y, en eso, la pileta de los Lasarte es un oasis. Claro que también llegó la tucura, una langosta depredadora que no deja nada a su paso. Desde la década del 60 que no se veía. En los últimos años fue apareciendo tímidamente, traída por la sequía. Dicen que con una sola lluvia fuerte se va. Pero no hay una lluvia fuerte. La podrían combatir fumigando. Pero para qué, si no hay cosecha que salvar. La provincia ha comenzado un plan de fumigación.–¿Es imposible regar?¿O no hay agua en las napas? –No, imposible no es. Bueno, sí. Un riego chiquito, un riego de 20 milímetros para 5 hectáreas sale 65 mil pesos más IVA. Lo tendríamos que usar con trifásica, que tenemos, pero si gastamos más de 1.500 kilovatios ya somos usuarios industriales. Lo podríamos hacer con gasoil, pero no con el subsidiado. El subsidiado, de 2,20, lo podemos poner en la camioneta, para usar en el campo no hay subsidiado, es de 2,70.–¿Pero qué, hay dos surtidores? –Claro. Si vos vas con la camioneta y tenés una máquina arriba, en la camioneta te cargan de 2,20 y después tenés que ir al otro para que te carguen el de 2,70 en la máquina. Igual, tampoco podría regar. Me piden que les pague esos 65 mil a 0, 30, 60, 90 y 120 días ¿con qué le voy a pagar? Crédito no me dan, es todo un papelerío que no podés pasar –y de repente se calla, mira el suelo, sonríe, festeja.Encontró un trébol rojo. Es el único en todo el campo.“Tenemos dos frentes: el del clima y el del gobierno” A la sequía se agrega otro tema no menor en la zona: el odio visceral despertado por cualquier medida del Gobierno. Es indisimulable en cualquier interlocutor del sector. “Tenemos dos plagas”, dice Lasarte y, como él, todos. “Tengo esperanzas, pero para eso tienen que ocurrir dos cosas, que el clima me dé una mano y que los K sean sólo un recuerdo nefasto.” En el salón oval de la Sociedad Rural de Rauch, debajo de la foto de pioneros patriarcales, José Luis Iturralde es claro en el relato: “Cada día que pasa sin llover se pierde un 10% del rinde de la cosecha. Las vacas no quedan preñadas, no hay qué darles de comer. La soja se siembra en noviembre, de primera, y en enero, de segunda. La de primera se perdió en más de la mitad hasta ahora, y si no llueve en diez días se pierde todo. La de segunda ni se llegó a sembrar. El suelo no tuvo humedad como para eso. El trigo ya perdió un 30% de su rinde. Pero, como decíamos hoy en la asamblea de productores de Mar Chiquita, así hubiera llovido, con el desconocimiento del Gobierno y sus medidas también nos hubiera ido mal. Tenemos dos frentes, el del clima y el del Gobierno. No sé cuál es peor”.

http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=18653

domingo, 11 de enero de 2009

En veinte días, el campo iniciará nuevas protestas


Con cese de comercialización y control de cargas, un sector del ruralismo promete comenzar la exteriorización de su malestar desde el 1 de febrero.


BUENOS AIRES (NA) -- Preocupación y angustia ante la falta de diálogo y de soluciones para la crítica situación que atraviesa el campo encaminan las asambleas de productores hacia el paro agropecuario con cese de comercialización y control de cargas para el primer día hábil del mes próximo. La mayoría de las entidades gremiales optó por transitar enero en un estado deliberativo con asambleas abiertas y programadas a fin de evitar desbordes, pero el resultado es el de inmediata protesta. "La gente está muy enojada y con ganas de seguir luchando", dijo el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Pedro Apaolaza. Durante un encuentro desarrollado en Tapalqué (centro bonaerense), los productores de 31 sociedades rurales, dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA) y autoconvocados se pronunciaron por el regreso a las rutas, aunque sin cortes. "Al ser progresivos, los paros sumarán un día por cada semana", admitió la prosecretaria de Carbap, Norma Urruty, quien, además, comentó la situación que debió vivir un taxista al recorrer el trayecto Magdalena-Chascomús: contó cincuenta vacas muertas. Por este motivo, muchos turistas podrán toparse a la vera de las rutas 2 y 11 con osamentas que serán exhibidas para demostrar que la sequía priva de alimentos al ganado, que debe ser vendido antes de que fallezca por desnutrición o deshidratado. En contraposición a la moción triunfadora, Hugo Biolcati (Sociedad Rural Argentina-SRA) y el entrerriano Alfredo de Angeli (FAA) defendieron la postura de encender los motores de la protesta recién durante marzo. "El campo, en función de la crítica situación que tiene, no se toma vacaciones y menos con la peor sequía de los últimos tiempos", contrapuso el principal referente del Consejo Federado, Guillermo Luis Giannasi. Para los próximos días están previstas nuevas asambleas en Santa Teresa (Santa Fe) y varias ciudades bonaerenses (Bahía Blanca, Tandil, Bragado y Junín). Desde Azul ya especulan con una marcha federal y un gran corte de caminos para el 11 de marzo cuando se cumplirá el primer aniversario de la movida contra las retenciones móviles. "En Córdoba, la protesta agropecuaria está en camino", reconoció el presidente del Consejo Federado de esa provincia, Agustín Pizzichini, aunque estimó que las primeras acciones serán a mediados de febrero. Los cacerolazos simultáneos en distintas localidades es otra de las ideas que comenzó a crecer como motivo de unión de los productores. "La gente está preocupada y angustiada", afirma Giannasi. El sur santafesino es una de las regiones más afectadas por la falta de agua, que provoca tres situaciones:* Mortandad de hacienda.* Fracaso de la cosecha de trigo.* Falta de desarrollo en los cultivos de soja. Así las cosas, planean paros y otras medidas promovidas por tres directores de FAA --Omar Barchetta, Carlos Paillole y Pedro Peretti-- que se evaluarán el 5 y 6 de febrero durante la reunión del consejo directivo con sus pares bonaerenses y cordobeses.