domingo, 13 de julio de 2008

Pese a todo, se sembrará más soja que nunca.



El yuyito sigue presentando batalla: otra vez habrá en el país una siembra récord de soja, pese a la batalla que el Gobierno lanzó contra ella mediante el nuevo esquema de retenciones móviles.
Lejos de retroceder, la oleaginosa podría ocupar este año hasta 900.000 hectáreas más que en la campaña 2007/2008. Hay estimaciones según las cuales la soja, cuya siembra comenzará dentro de dos meses y medio, cubrirá unos 17,6 millones de hectáreas.
Así, la diversificación productiva que pregona el Gobierno (la desojización) deberá esperar, porque la oleaginosa seguirá reinando en más de la mitad del área agrícola argentina. Se prevé que, a valores actuales, las exportaciones de la soja representarán 26.990 millones de dólares, con una recaudación para el Estado por retenciones de casi 10.000 millones de dólares.
Pese a que con el nuevo esquema de derechos de exportación sembrar soja significa dejar literalmente en manos del Estado la mitad de la producción, la oleaginosa corre con ventajas sobre otros cultivos con los cuales compite, como el caso del maíz. Es un cultivo "políticamente menos riesgoso a la intervención", al exportarse en más de un 90%, y por su costo resulta más barato.
Encima, la soja quedó dentro del régimen de compensaciones para los pequeños productores que dispuso el Gobierno, algo que ni siquiera se consideró para su competidor.
Se estima que la soja podría sumar hectáreas que por la sequía no se sembraron con trigo y también les quitaría superficie al maíz y a los tambos. "De mantenerse la actual situación, o con leves modificaciones, el área de soja va a crecer como consecuencia de que el productor va a sembrar lo que demande menos inversión. Pensar en 900.000 hectáreas más de soja es un cálculo probable, con unos 17,6 millones de hectáreas", expresó Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja).
Hace 23 años, en la Argentina se sembraban con soja algo más de 6 millones de hectáreas. Respecto de igual fecha del año pasado, el precio interno de la soja aumentó un 46,7%. Por su parte, el maíz subió un 50% su cotización, pero con las nuevas retenciones se convirtió en uno de los más afectados, ya que en los últimos meses sus derechos de exportación también aumentaron casi un 50% (hoy rondan el 35%).
El presidente de Acsoja no es el único que espera un crecimiento. Productores y especialistas también. "Por el impacto negativo de la última normativa sobre los granos forrajeros, en especial el maíz, se estima que la soja puede alcanzar un nuevo récord", afirmó Gustavo López, consultor de Agritrend.
Para López habrá como mínimo 500.000 hectáreas más con soja. "Dependerá del nivel tecnológico que se aplique, pero de los 48 millones de toneladas producidas este año no se descarta que puedan alcanzarse los 50 millones de toneladas", añadió López.
Se estima que con la situación actual las exportaciones de soja representarían, a valores internacionales, US$ 26.990 millones, con una recaudación para el Estado por retenciones de casi US$ 10.000 millones. Con todo, éstos no son números definitivos, ya que fluctúan por los precios y las alícuotas.
Pablo Adreani, de AgriPac Consultores, también espera una producción de 50 millones de toneladas. Un dato no menor es que los productores todavía tienen sin vender, guardados en el campo o en acopios, entre 25 y 27 millones de toneladas de soja.
Menos riesgo
"La soja es un cultivo menos riesgoso, política y agronómicamente, que el maíz y, además, es menos costoso, pero más rentable", comentó Ricardo Baccarin, vicepresidente de la corredora Panagrícola.
Lo que dice Baccarin se puede observar en varios aspectos concretos. Mientras una bolsa de semillas de maíz de alta tecnología vale US$ 140 dólares, una bolsa de soja (40 kilos) de primer nivel cuesta US$ 25; para hacer una hectárea de soja se llevan dos bolsas, con lo cual en total hay que hablar de US$ 50. Esto siempre que el productor compre la semilla y no use la que guardó de la cosecha. "Además, mientras producir una hectárea de maíz lleva US$ 275 de fertilizantes, una de soja lleva US$ 123", dijo Guillermo Aiello, contador de una firma semillera.
En total, en campo propio en la zona núcleo implantar una hectárea de soja cuesta US$ 386, contra US$ 550 de maíz. "El argumento de combatir la sojización fue una mentira", concluyó Aiello.


Por Fernando Bertello

De la Redacción de LA NACION

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