lunes, 6 de octubre de 2008

Con la soga al cuello: lácteas al borde la quiebra


La crisis cerró cuatro pymes lecheras en Santa Fe, por falta de rentabilidad en un mercado interno copado por las grandes del sector.


Las pymes lácteas santafesinas, diseminadas en el centro-oeste de la provincia, están al borde de la quiebra. En el último mes cerraron cuatro fábricas, más de una docena está a punto de caer, y ya hay más de 70 trabajadores que quedaron en la calle. El fenómeno tiene varias causas, algunas nuevas y otras antiquísimas. Por un lado, existe un problema coyuntural. Hay un sobre stock de producción que no puede ser absorbido por el mercado interno, que –según coinciden varios especialistas– llegó a su techo, con 210 litros de consumo por persona en el año.Este excedente no se está exportando porque el gobierno nacional pone las trabas de siempre –de acuerdo a los empresarios– y porque hacerlo ya no conviene como el año pasado. El precio internacional de la leche en polvo se desplomó durante los últimos meses, por una intervención en el mercado de Nueva Zelanda –uno de los principales productores de leche del mundo– que tuvo sobre producción (tras un año con buenas lluvias) y decidió planchar los precios tras salir a vender leche a troche y moche. Así, la tonelada de leche en polvo pasó de valer 5.000 dólares en 2007 a 2.900 este año. Las grandes lácteas argentinas dieron marcha atrás con sus aspiraciones de exportar. Y vendieron al extranjero muy poco, menos, incluso, de lo que permite el gobierno nacional. Este año, según datos oficiales, se destinó a la exportación entre el 15 y el 17 por ciento de la producción. Los grandes jugadores del sector decidieron, entonces, derramar esa materia prima en el mercado interno, antes que enviarla al exterior.Por eso, las pymes –hay unas 60 de este tipo en la provincia y unas 200 en la Argentina– tienen problemas para ubicar su producción en el país, y no tienen la espalda económica suficiente para financiar ese stock acumulado. A esto se suma otra piedra en el zapato para las empresas de este tamaño: la imposibilidad de obtener los subsidios que el gobierno nacional otorga al sector. Muchas firmas no sólo carecen de la estructura administrativa para bucear en la complicada burocracia para obtener las compensaciones –que en la mayoría de los casos llegan mal liquidadas y a destiempo–, sino que muchas ni siquiera están inscriptas en la Oficina Nacional de Control del Comercio Agropecuario (Oncca). Y se resignan a regañadientes a pagar 0,94 pesos por litro de leche a los productores –como establece el acuerdo que rige hasta el 31 de septiembre próximo–, un costo que es muy elevado con respecto del precio del producto final elaborado. “El precio establecido de la leche a 0,94 pesos perfora la rentabilidad de muchas de estas empresas. Y varias pymes cerraron para evitar la quiebra”, admitió el ministro de la Producción, Juan José Bertero, quien opinó que el gobierno nacional tiene que barajar y dar de nuevo para poner en marcha un plan integral en el sector lechero. El acuerdo que se firmó en diciembre pasado entre el gobierno y los integrantes de la cadena láctea vencía el 30 de agosto, pero fue prorrogado hasta el 31 de septiembre. Ese pacto prevé que la industria láctea debe pagar a los tamberos un valor mínimo de 0,945 pesos, al que se le debe sumar un monto subsidiado de 0,102 pesos para compensar al productor. Una solución urgente. “Hay que resolver cuanto antes una política láctea que ampare a los distintos actores de la cadena. Los grandes, por ahora, tienen espaldas para enfrentar la situación y son los que se benefician con las compensaciones. Pero han volcado al mercado interno parte del excedente que tenían destinado a la exportación. Por eso, las chicas no pueden competir”, analizó el ministro.Juan Pablo Ruatta, gerente de Lácteos Manucho, unas de las firmas que bajó la persiana, fue claro y directo: “Uno sigue en esto porque tiene 20 años invertidos en genética, pero la situación no da para más. Se hace muy difícil salir adelante, porque los costos no cierran”. Lácteos Manucho dejó de producir quesos en la planta que la firma tiene en Llambí Campbell, donde el ex gobernador Carlos Reutemann posee sus campos. Y en las otras fábricas que tienen en la provincia redujo la producción de leche y yogur en un 60 por ciento. Otra empresa que siguió el mismo camino fue Lácteos Don Manolo, ubicada en la localidad de Susana. La firma de Felix Garcias tiene una historia de 30 años y, hasta su cierre hace diez días, producía leche, yogur, quesos y dulce de leche. “Nuestros costos no daban para más y ahora me dedicaré a asesorar a empresas del rubro de la zona hasta que encuentre algo más rentable. De lo que sí estoy seguro es que en este sector no invierto nunca más un centavo”, se quejó.A estas dos empresas que decidieron tirar la toalla se sumaron La Cabaña, de Rafaela, y Lácteos San Juan, de Coronel Fraga. En la primera, esta semana los empleados despedidos de la planta acordaron con la empresa el pago de la indemnización tras un extenso conflicto, que incluyó varios de miles de litros tirados a una zanja, luego de que el gremio de Atilra impidiera que los camiones salieran de la planta. Otra que está en el abismo es Lácteos San Guillermo SA, una empresa familiar de Colonia Rosa, ubicada en departamento San Cristóbal. La firma comenzó los procedimientos legales de crisis al ver comprometida su continuidad. Roberto Socin, de la Mesa Láctea, admitió que existe “una gran incertidumbre en el sector. Si no se concretan medidas de manera urgente, la situación será aún más crítica”. Según un informe sobre el producto bruto geográfico, realizado por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec), durante 2007 se produjo una retracción en el valor agregado en la cría de ganado, que descendió un 4,1 por ciento con respecto al año anterior. Y la baja se sintió sobre todo por “la reducción observada en la producción láctea del 18,9 por ciento”. Esta caída, de acuerdo al documento, “está relacionada principalmente con la baja rentabilidad y los problemas climáticos que afectaron la producción. De este modo, las moderadas subas –del orden del 4 por ciento– que experimentó la cría de ganado, aves de corral y la producción de huevos, no alcanzaron para revertir la caída”.Mariano Viroglio, titular de la regional Santa Fe de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), advirtió sobre los problemas de rentabilidad que enfrentan las pymes, que –según dijo–“no pueden pagar 0,94 pesos el litro. Esta materia prima representa el 85 por ciento del costo de producción”.“Ahora, el problema no es (el secretario de Comercio Interior) Guillermo Moreno, que lo fue durante mucho tiempo. La dificultad que enfrenta el sector es la pronunciada baja del precio internacional de la leche. Descendió de 5.000 dólares por tonelada a 2.900. Entonces, como no se exportó, hay un 70 por ciento más de leche en el mercado interno”, advirtió Viroglio. El dirigente sostuvo que una de las propuestas para equilibrar el sector es la creación de un bono de exportación, algo que Brasil puso en funcionamiento este año. “Si una pyme no puede exportar, tiene la posibilidad de vender ese bono. De esa manera podrían compensar los problemas de rentabilidad”, propuso el integrante de Apymel.Cambio en el refranero: “A ternero regalado no se le miran los dientes” El dicho “a caballo regalado no se le miran los dientes” cambiará en Santa Fe. El equino será reemplazado por “ternero”. Este enroque en el refranero popular es posible que se concrete esta semana cuando los tamberos santafesinos empiecen a obsequiar terneros a cualquier hijo de vecino en señal de protesta. El martes pasado, unos 300 productores de leche se reunieron en la localidad de Vila, a 30 kilómetros de Rafaela, donde acordaron iniciar un plan de lucha a la par de las medidas de fuerza que se decidan en el marco de la Mesa de Enlace pasado mañana en Buenos Aires. Guillermo Giannasi, director del área de Lechería de Federación Agraria Argentina (FAA), explicó que se comenzará a regalar este tipo de ganado porque ya no es rentable criarlos. “Antes, el tambero tenía un ingreso extra con la venta de los terneros. Pero ahora, esto cambió. Y se transformó en una carga”. El dirigente afirmó que se tomó este tipo de medida, porque “sería inoportuno” ir a bloquear la salida de la leche de las fábricas, como hicieron en diciembre del año pasado. “Las pymes lácteas están igual o peor que nosotros”, reconoció. Los tamberos reclaman que es imposible subsistir con el precio de la materia prima a 0,94 pesos, como estableció el acuerdo firmado a nivel nacional (que vence el próximo 31 de septiembre). Calculan que un valor sustentable sería $1,20. Sin embargo, las pequeñas y medias industrias del ramo afirman que ni siquiera pueden pagar $0,94, y que el valor del litro tendría ser 10 centavos menos de lo que estableció Guillermo Moreno. “Con este acuerdo vigente, los únicos beneficiados son las grandes cadenas de supermercados, que compran un queso a 12 pesos y lo venden al público a 35”, afirmó Giannasi. “Si la gente mantiene un tambo es sólo por un acto de resistencia, porque la rentabilidad desapareció hace bastante tiempo”, advirtió el dirigente, quien agregó: “Todos los productores ven el colapso del sector lácteo argentino, y ante esto hay que tomar urgentes medidas para tratar de evitarlo”.De acuerdo a las últimas estadísticas del IPEC, de junio de 2007, en la provincia hay actualmente 2.751 tambos. El 71 por ciento de los establecimientos de ordeñe que existen en Santa Fe se hallan distribuidos en los departamentos Castellanos (863), Las Colonias (723) y San Cristóbal (388).



Por Germán de los Santos


No hay comentarios: