domingo, 23 de noviembre de 2008

Opciones para reducir la incertidumbre del campo


Señalaron que están contempladas en un proyecto de ley que impulsa el radicalismo. René Bonetto subrayó que desde el inicio del período democrático "éste es el peor gobierno para el sector"


Dentro de las actividades programadas por la Unión Cívica Radical local, se llevó a cabo en la Sociedad Rural el encuentro regional agropecuario. Disertó el ingeniero René Bonetto, presidente de la Fundación Alem, quien hizo referencia a la política agropecuaria, el radicalismo y el campo. Por su parte, la ingeniera Gladys Raymonda habló sobre los arrendamientos, y los ingenieros Edgardo Mascardi y Eduardo Manciana tuvieron a su cargo la presentación del proyecto de ley agropecuaria. También participó el diputado nacional Pedro Azcoiti y el cierre estuvo a cargo de Gerardo Morales. En forma previa a la reunión, Bonetto consideró en diálogo con la prensa que "Argentina es un país netamente agrario y en este momento no se reconoce el rol estratégico que el agro tiene en la vida nacional. El Gobierno, por sus actitudes, no sólo por su falta de política o política inadecuada, es esencialmente antiagrario, este es el peor gobierno para el sector agropecuario que ha habido por lo menos desde 1983, que se recuperó la democracia hasta el presente". Como consecuencia "hay que trabajar doblemente para lograr torcer el curso de los acontecimientos, es una actitud suicida. Pareciera ser que en el gobierno nacional, a los responsables de la política económica y agropecuaria se les ha aflojado un tornillo, porque no alcanzamos a comprender esta agresión, esta ceguera hacia lo que está pasando en el campo argentino, es realmente grave y desesperante", sentenció Bonetto. Frente a la crisis, expresó: "Creemos que hay que cambiar de protagonistas, porque en la discusión y en la elaboración de las medidas que el campo necesita poco podemos esperar de este Poder Ejecutivo, es la hora del Congreso nacional. Hay un déficit político y debe disponerse de una política agropecuaria que no esté sujeta a los humores del gobernante de turno. Tiene que haber un cuerpo legislativo que le asigne el rol estratégico que realmente le corresponde al sector agropecuario y en función de ese rol, diseñar las políticas que vayan más allá de las coyunturas, después el Poder Ejecutivo modificará levemente en función de los acontecimientos del momento", indicó el presidente de la Fundación Alem. Como ejemplo citó "la ley agrícola de Estados Unidos y la de México. Nosotros estamos proponiendo una ley agraria que dé cobertura al sector agropecuario, debajo de ese gran paraguas se debe prender la política específica agropecuaria, lechera, ganadera, que hoy Argentina no tiene". Ley agropecuaria Por su parte el ingeniero agrónomo y economista agrario, Eduardo Manciana, quien es presidente de la Asociación Argentina de Economía Agraria, productor agropecuario y fue subsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de los gobiernos de Ricardo Alfonsín y Fernando De la Rúa, habló sobre la ley agropecuaria que impulsa el radicalismo. "El primer elemento, pilar y objetivo de la ley, es bajar el nivel de incertidumbre que tiene el productor agropecuario". Fundamentó Manciana que "hay tres elementos centrales en el concepto de incertidumbre o lo que se llama la tasa de riesgo del productor agropecuario en términos económicos. La primera es la incertidumbre climática, la segunda es el mercado y la tercera son las políticas públicas". Para reducir la tasa de riesgo, la ley propone "para la incertidumbre climática, una nueva ley de seguros agropecuarios con primas subsidiadas para daños sistémicos, como son heladas, granizo, sequía, etc. Para la incertidumbre mercado, la ley contempla devolverle al ONCCA la función de fiscalización y no la de ejercer política agrícola, crear fondos propios para cada cadena, como así también todos los institutos que a demanda del productor se requieran y devolverle al mercado la transparencia que hoy no tiene, desregulando las exportaciones de carne, eliminando la prohibición de exportar del trigo y a la ley de comercio exterior devolverle en plenitud su capacidad de acción. Con respecto a la incertidumbre de políticas públicas, hay que crearle estabilidad fiscal al productor, lo que dice la ley es lo que se va a hacer durante el tiempo que la misma dure, ese horizonte será intocable". A ello se agrega "eliminar los impuestos distorsivos como las retenciones y cambiarlo por los impuestos que realmente justifican el nivel de actividad en un empresario capitalista que es ganancias, IVA y patrimonio". Los otros capitulos de la ley tienen que ver "con los desarrollos de los territorios rurales, que en cada cuenca de producción homogénea haya una concentración de acciones del punto de vista social, de infraestructura, económica, para que tengan su propia lógica de funcionamiento, con programas específicos, creando fondos que sean alimentados por la propia producción", concluyó.




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